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Amor en terapia intensiva

 

 

 

 

 

 


Recostado en el hospital del pueblo
en una fría, gris, y vieja camilla
curaban las heridas de mi alma.
Y por el conducto del suero
me devolvían gota a gota
mis lágrimas ya derramadas.


Fue ahí que me pregunté
cual sería el tratamiento
que el médico aconsejaba,
para sanar este sentimiento
que me hiere cuando respiro.

Cual sería el mejor método
para internar  un buen día,
en  terapia intensiva  tu recuerdo,
y proceder a mutilarlo o cercenarlo
con un golpe maestro de filoso bisturí.


Una inyección, una anestesia,
ayudaría a no sentir el proceso
de extraer de mi los  besos
que tozudos...atorados
siguen vivos en mi alma.

Tal será la “misión quirófano”
que espero que tenga éxito,
pues yo ya había decidido,
el traslado de tu imagen,
al lugar que llaman: la morgue.


Más al pasar por pediatría
Me invitaron a inspeccionar todo.
El que iba a morir nacía.
hablaban del milagro de tu amor,
que lejos de irse o rendirse,
comenzaba de nuevo la vida,

demostrando que los amores
así como los retoños,
brotan siempre en primavera
haciendo caso a los sueños.



Y en urgente ronda de médicos
informaron los sabios galenos
que a contraluz se veían,
pedazos que yo en mi alma
guardaba con mucho celo.


 

Radiografías perfectas,
mostraban -susto para la ciencia-
que mi amada estaba muy dentro mío,
y las sombras que  notaban, eran:
tu figura, tus manos, tu rostro entero!!!

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