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Mil  jardines

Noté que las veces que planeé mi vida,
en cada proyecto, siempre te incluía.
Achicar mi ambiente, reducir espacios,
y sentarnos juntos en la azul canoa.

Noté que las veces que planeé mi vida,
agonizaba siempre, una ilusión fallida.
Más era tal la fuerza con que yo anhelaba,
que en cada sueño, una flor nacía.

Y cuando al fin me di cuenta que el espacio acababa,
que si perdía más tiempo tú ya no cabrías,
consulté al universo como se procede,
en casos como este…en inundación de flores.

Para mi sorpresa, una voz bien firme,
sacó de mi alma la clara respuesta:
-Súbela de prisa, esa es la flor perfecta.
Abrázate a ella, y en loca algarabía,
zarpa para siempre a surcar los mares.

Basta de pesares y de soledades,
y si en esa barca ya no quedan lugares,
ni hace falta ya que opines…
Al diablo las flores, al agua las rosas,
que esa mujer tuya… vale mil jardines.

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