top of page


Como he perdido bastante la memoria,
no puedo recordar muy bien, quien era.
De ahí que en un impulso a mi manera,
me hice amigo yo de algunos duendes.

Ellos me contaron en secreto,
que en un pasado ya lejano,
tanto, que ya era en otra vida –según dicen-,
hubo un romance que en mieles abundaba.
                      
Como he perdido bastante la memoria,
utilizo un truco ya ensayado:
Me concentro y me transporto hacia el pasado
y me instalo -como quien dice- en una estrella,
que describe a la dama como “bella”.

Según estos duendes tan traviesos,
el hecho se repite en cada vida,
y los curiosos amantes peregrinos,
nunca olvidan los invertidos senderos,
que nos hacen transitar hacia el regreso.

Allí  encuentro a esa mujer divina,
como pegada ya a un navegante,
serena y a la vez salvaje amante,
no cree en rendiciones ni avatares.

Despojada ya de todos los pesares
cuando me dice "te amo" a su manera,
llora y ríe a la vez, no sé como lo hace.

Memoria

bottom of page