Miguel Florentin
Tu sombra
Tan rápido ayer te fuiste
que no tuvo tiempo tu sombra
de partir en la misma huida.
La atrapé y jugué con ella
a que estábamos completos.
Dos cuerpos, sólo una sombra
así …se nos ve de lejos.
Más, la sombra escurridiza
me escribió con una tiza
dos verdades en mi espejo:
“Ya no es como era antes
que hago lo que tú dices.
Y si me voy, es por lo que hice,
no por lo que dejo pendiente.
Y si acaso dejo mi sombra,
es para que pronto me avises,
que regrese, que la he olvidado
y a esas cosas…ponle candado.
Y entonces vuelvo corriendo,
y veo la leña ardiendo
en la chimenea rojiza.
Tres trozos de mis abedules,
uno blanco y dos azules,
dando calor a esa sombra.
Más tarde, sólo cenizas,
invadirían toda mi alma,
si pronto no recupero,
los besos que ya he perdido.
Ahh…
tan rápido ayer te fuiste,
que te seguí a la distancia
para tratar de atrapar,
aunque sea esa sombra tuya,
que dejaba en las paredes
tus formas de mil maneras.
Y yo loco en loca zaga,
iba besando los pliegues
que de ti se iban formando.
Tan rápido ayer te fuiste
que encontré donde te acostaste,
dos gotas de tu perfume,
y reflejado en mi espejo
tus ojos que aun... miraban!